Con regocijo en el espíritu hacemos entrega de esta Palabra de Vida, símbolo de cosechar y guardar en nuestro corazón la semilla, que es el trabajo que el Pensamiento Bonito ha venido labrando durante estos años, en los que hemos recibido la fuerza espiritual para hacer de la recreación de la vida en comunidad el sentido de la misión divina que nos han encomendado sobre la Tierra.
Esta primera entrega que hacemos en la mar, que para nosotros es la Puerta del Cielo, se configura como la Bitácora del Plan de Vida que como comunidad nos hemos trazado para vivir los próximos mil quinientos años en el camino de la Felicidad. El Pensamiento Ancestral ha dado nuestro norte; el Pensamiento de Vida y por la Vida nos da el impulso; seguimos el sendero de las estrellas que se refeja en nuestro interior, vamos tras las huellas de los abuelos. La huella es la palabra. Cada paso que damos en conciencia es una palabra que nos acerca al origen. Nuestra misión como comunidad es Ser camino en el camino, porque los abuelos no son los que indican el camino, ellos son el camino.
Buscamos con esta palabra el empoderamiento desde la humildad, que es hacer vida y transmitir en la comunidad y la humanidad las enseñanzas de nuestros maestros. Así, los convertimos a ellos en abuelos con una nueva misión en la trascendencia del espíritu, y nosotros nos transformamos en maestros de nuestra propia vida.
Que cada palabra se siembre en tu alma, en tu espíritu, en tu sentir y en tu pensar; que eche raíces en tu memoria, que de frutos en tu humanidad, que se haga verdad en tu actuar. Por la Vida, por la Felicidad, por nuestros hijos y por los hijos de nuestros hijos que somos nosotros en la Eternidad.
Con ancestral amor,
Taita Edgar Orlando Gaitán Enero de 2010